Para llevar a cabo la instalación de Linux en un ordenador
que tenga previamente Windows es algo muy sencillo. Deberemos crear una nueva
partición con el tamaño que deseemos para el nuevo sistema operativo Linux, generalmente
el mismo instalador tiene un apartado en el que podemos elegir la opción de
crear nosotros esa partición con un tamaño a elegir o tomar la opción de
instalar junto con el sistema operativo actual. Este es el acpecto que tiene el gestor de espacio en el disco duro a la hora de ejecutar la instalación de Linux.
Siempre que tengamos instalado
previamente Windows al instalar después Linux no habrá ningún tipo de problema.
Las complicaciones pueden venir cuando se instala como primer sistema operativo
Linux, ya al instalar después Windows el sistema de arranque de este no
reconoce la partición de Linux. Linux sin embargo si reconoce a Windows en su
grub o arranque.
Recordad que Linux es un sistema operativo totalmente libre, no tiene licencias y se encuentra abierto para llevar a cabo cualquier tipo de modificaciones. Tambien tiene un gran ventaja sobre Windows y es que tiene un sistema estricto de permisos lo cual lo hace muy seguro ante intrusiones.
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